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De cómo Caribes cenará con Lara en la final del beisbol venezolano

17/01/2018

Foto: AVS PHOTO REPORT

Carlos Valmore Rodríguez | BeisbolPlay

Caracas.- Si había una temporada en subida para Caribes de Anzoátegui durante esta década, esa era la 2017-2018, destinada a interrumpir las siete clasificaciones seguidas de la Tribu a partir de la edición 2010-2011. En vez, los indígenas avanzaron, con récord positivo, hasta enero, se deshicieron con facilidad de dos divisas con mayores recursos y experimentarán su cuarta final en las últimas ocho contiendas, sus dos primeros campeonatos incluidos.

A Caribes le negaron hasta veinte permisos para traer importados de Ligas Menores y les tocó defenderse con peloteros de ligas independientes y del circuito veraniego mexicano, entre ellos Denis Phipps, el Productor del Año de la zafra anterior y gran esperanza del club. Pero Phipps bateó .123 antes de ser despedido. La novena arrancó con un catcher debutante como Erick Castillo porque Rossmel Pérez se retiró y Tomás Telis demoraría unos días en aparecer. No les jugó Hernán Iribarren y por lo mismo echaban en falta un centerfielder probado en el arranque.  También a un campocorto con recorrido, petición expresa del manager Omar López, que de paso se sumaría tarde a la escuadra a causa de sus compromisos en la Liga de Arizona. Niuman Romero, su capitán, lidiaba con las lesiones y el óxido de casi un año de inactividad. Luis Jiménez, igual. René Reyes comenzó el calendario suspendido por violar el Programa Antidopaje. En la oficina dudaban que, por la situación del país, criollos radicados en Estados Unidos como Rafael “Balita” Ortega quisieran uniformarse. Las ocho derrotas de Anzoátegui en sus nueve compromisos iniciales parecían confirmar los peores presagios.

“Nadie sabe todo lo que pasamos en el primer mes”, recordó Samuel Moscatel, gerente general. 

Y todavía debía encarar otras dificultades. El taponero Jairo Díaz, al que tanto necesitaban para mejorar el relevo, se lesionó. Por diferencias contractuales Pedro Rodríguez, uno de sus mejores taponeros, fue cambiado a los Navegantes del Magallanes por Yender Cáramo, quien al poco tiempo se lastimó. Los hermanos Orlando y Oswaldo Arcia, con quienes contaban, nunca llegaron. Ehire Adrianza se abstuvo. Y mientras, el pitcheo, el peor de la competencia, era acribillado a mansalva.

Por ese camino intrincado, Caribes se fue adentrando en la clasificación. La llegada de Balbino Fuenmayor resultó una bendición. Luego se sumó Reyes, con su equipaje de tablazos resistente al tiempo. Apareció Telis y su ofensiva, despertaron Romero y Jiménez, Daryl Thompson lanzó como nunca lo había hecho y Yeiper Castillo como siempre creyeron que lo haría. Willians Astudillo tapó los huecos y pegó líneas en todas direcciones. Y Balita Ortega no solo se presentó, sino que acaudilló a sablazos el majestuoso diciembre de la tribu, durante el cual ganaron 13 encuentros y perdieron seis. Rouglas Odor le devolvió a Omar López un equipo en la clasificación. López lo dirigió hacia las nubes. Los indígenas, que perdieron 12 de los primeros 12, terminaron la ronda eliminatoria al rojo vivo con récord de 32-31 y quintos en la tabla tras un remate de ocho lauros ininterrumpidos. 

 

Willians Astudillo fue uno de los líderes de la Tribu

 

En la primera serie de playoffs se les cruzó el Magallanes, equipo forrado de hombres probados en postemporada y que lucía con más posibilidades que los portocruzanos. A batazos, como suele hacerlo Caribes, quitaron de en medio a los valencianos en cinco juegos. Los avasallaron con siete carreras por partido y ocho cuadrangulares, tres de ellos de Luis Jiménez, todo un Coloso de Rodas con sus ocho remolcadas y 2.082 de OPS. Niuman Romero y Willians Astudillo batearon sobre .400, René Reyes dejó OPS de 1.184 y los Navegantes naufragaron.  También ayudó la defensa, que mejoró con la incorporación del refuerzo Luis Sardiñas, un alquiler con opción a compra.

Que agrietaran  la Nave a cañonazos no fue tan sorprendente como que liquidaran a los Leones del Caracas igual de fácil, pero con más pitcheo que bateo, al punto de blanquear dos veces a los melenudos. Los abridores de Caribes, que sacando a Thompson dejaron efectividad compartida de 6.21 en la eliminatoria, secaron a los capitalinos. Carlos Teller, un nicaragüense que había fracasado en la LVBP, aún no permite carreras. Thompson siguió crecido. Freddy García cumplió con las expectativas que sobre él tenía la gerencia cuando lo tomaron como refuerzo y Yeiper Castillo sobrevivió. 2.36 fue la efectividad de los iniciadores contra el Caracas, que apenas pisó el plato once veces en cinco duelos y bateó para .191. El bullpen, la principal carencia de Caribes, vio en Nick Struck, Mayckol Guaipe y Liarvis Breto sus redentores y de 6.00 de EFE y 1.6 de WHIP contra Magallanes mejoraron a 1.56 y 0.81. Crucial para Anzoátegui fue neutralizar al dañino 1-2 de la alineación caraquista, formado por Trayvon Robinson y Wilfredo Tovar. También frenaron a Félix Pérez, que se fue de 12-1.    

Ahora Caribes de Anzoátegui está en la final.

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